¿Dormir bien es posible trabajando por la noche?
Los seres humanos somos en general diurnos, nuestro cuerpo está preparado para ello. Para dormir bien la actividad laboral debería realizarse durante el día para lograr una coincidencia entre actividad laboral y actividad físiológica. Sin embargo son muchos los trabajadores que prestan su servicio a la comunidad mientras el resto dormimos, personal sanitario, vigilantes de seguridad, policías…etc. El trabajo nocturno es necesario en muchos casos y con cambios de turnos en muchos de ellos.
Esto repercute en el organismo, lo ideal para dormir bien sería trabajar de día y dormir de noche. ¿Es capaz el cuerpo humano de acostumbrarse a trabajar por la noche, puede el hábito hacer que se adapte a ello y conseguir dormir bien?
La existencia de efectos negativos sobre la salud de los trabajadores es una realidad, los ritmos biológicos naturales programados para trabajar durante el día y descansar durante la noche se ven alterados, dormir bien tiene sus inconvenientes.
El ciclo de sueño –vigilia que se repite en nuestras vidas está regido por un “reloj biológico” interno que nos dicta cuando despertar y cuando dormir. A este ciclo se le denomina ciclo circadiano y abarca 24 horas y son los más afectados.
Estos ritmos biológicos coinciden con los estados de vigilia y sueño, siendo la mayoría de ellos más activos durante el día que durante la noche.
Al cambiar los ciclos sueño/vigilia, estos ritmos se desequilibran, pero recuperan la normalidad cuando se vuelve a un ciclo normal. Esto obliga a estos trabajadores a cambiar su ciclo normal de actividad-descanso, obligándole a ajustar sus funciones al periodo de actividad nocturna. Esto acarrea un cambio en las funciones corporales, que aumenta con el número de noches trabajadas, pero que no llega nunca a ser completo, mostrándose dificultades para conseguir dormir bien. Las alteraciones son debidas a la estabilidad de estos ritmos y a su dificultad para adaptarse a modificaciones externas. De hecho el cuerpo está sometido a una tensión continua en su intento de adaptarse al cambio de ritmo.
Sobre si es el cuerpo humano es capaz de acostumbrase a estos cambios, son muchos los estudios que se han llevado a cabo en este tema, sin embargo la investigación no es del todo concluyente. El hábito efectivamente va haciendo que el cuerpo se acostumbre a ello aunque no todas las personas tienen el mismo poder de adaptación. Lo que parece claro es que el trabajador a turnos está menos satisfecho en su trabajo que los que gozan de un horario fijo. Así mismo, es comúnmente aceptado que el trabajo a turnos y sobre todo el nocturno, crea problemática humana con efectos sobre la salud y la vida social y familiar del trabajador.
¿El descanso durante el día no es entonces tan reparador como el de la noche, resulta contraproducente, dormir bien es posible?
Existe un mayor riesgo de algunas enfermedades como las cardiovasculáres, puede que las personas que se adaptan mejor no sufran efectos a largo plazo y otras que les resulte más difícil la adaptación y son más propensos.
El descanso efectivamente no es igual de reparador y existen alteraciones del sueño en muchos casos, derivadas de este cambio de ritmo biológico. Para garantizar el descanso y la recuperación de la fatiga diaria, se deberían respetar 7 horas de sueño nocturno de manera que puedan darse todas las fases del sueño y se facilite la recuperación física, durante las primeras horas de sueño, y la recuperación psíquica en las horas posteriores. Esto no puede darse en el trabajo por turnos porque el sueño se ve alterado, no produciéndose nunca una adaptación plena al cambio horario. Estos trabajadores a turnos suelen dormir entre 1 y 4 horas menos que el resto.
No hay que olvidar nunca que la biología del ser humano es diurna, y que el trabajo a turnos supedita la naturaleza a la organización del trabajo.
¿Se puede hacer algo al respecto para conseguir paliar estos efectos negativos y conseguir dormir bien?
Como los mayores problemas de los trabajadores nocturnos están relacionados con las alteraciones en el sueño y sus consecuencias, la mayoría de recomendaciones están orientadas a tener un buen descanso.
Es aconsejable mantener un horario regular de sueño y vigilia incluso los fines de semana o días de descanso. El tiempo destinado debe ser como mínimo 7 horas de sueño ininterrumpidas. Cuando el trabajo es a turnos es más complicado, se trata de ajustarlo lo más posible, por ejemplo al salir de los turnos de noche, tener un corto sueño al llegar a casa y acostarse por la noche un poco antes. En definitiva marcar un horario de sueño adecuado y tratar de mantenerlo.
Una vez terminado el trabajo la prioridad es el descanso, es importante acostarse al acabarlo, en el camino de vuelta a casa el poner gafas de sol ayuda al cerebro a aumentar la producción de melatonina y es necesario organizar la vida de acuerdo al horario de sueño y no al revés
Llegados a casa sin demora en el tiempo hay que acostarse y la habitación tiene que reunir todos los requisitos que en la noche, la oscuridad, el silencio, la temperatura. Si existe riesgo de que el sueño se vea interrumpido por ruidos o luz, existe la opción de poner tapones en los oídos y un antifaz para conseguir la oscuridad total.
Si no se consigue dormir bien y lo suficiente se puede echar una siesta como de 45 minutos antes de ir al trabajo, ayudará a mantener el estado de alerta óptimo y una mayor concentración.
Si existe la posibilidad a mitad de la noche de echar otra pequeña siesta también reconfortaría y se llegaría al final de la jornada en mejores condiciones.
Después de dormir las horas recomendadas ya se puede programar las actividades que se deseen, es necesario este orden. Hay que organizar la vida de acuerdo al horario de sueño y no al revés. El sueño es primordial, de él va a depender la salud y bienestar de la persona.
(Alguna información ha sido recabada del Gabinete de salud laboral de CC.OO de Castilla La Mancha)